Cada vez que instalamos una aplicación en nuestros dispositivos, nos suele solicitar permiso para tener acceso a determinadas funcionalidades. En general, estos permisos tratan de garantizar el correcto funcionamiento de la app. Pero, a veces, nos podemos encontrar con aplicaciones maliciosas que los pueden aprovechar para robar tu información personal.
Entre los permisos que nos solicitan las app podemos encontrar: acceso a la cámara, que permite a la aplicación hacer fotos o grabar vídeos sí misma; a los contactos, con lo que la app puede acceder a tu lista de contactos, editar o añadir nuevos; a la ubicación, lo que permite que controle dónde nos encontramos en todo momento, o al micrófono, con lo que nos exponemos a que se graben conversaciones o, incluso, que nos espíen.
¿Qué podemos hacer?
- Descarga aplicaciones que sean de fuentes fiables (en las tiendas oficiales) y comprueba quién es el desarrollador.
- Comprueba los comentarios y el número de descargas que tiene la app. Si es una aplicación conocida y tiene pocas descargas, es posible que no sea la original.
- No concedas permisos que no estén asociados con la función de la aplicación.
- Instala solo las apps que consideres imprescindibles para ti; las que vayas a utilizar de verdad.